jueves, 12 de noviembre de 2015

Causa Base Naval: tres sobrevivientes volvieron 39 años después

“Me cuesta creer que, en Auschwitz, permitieran que se construyera un Disneylandia”, pensó en voz alta.

Pablo Mancini, Osvaldo Durán y Edgardo Gabbín compartieron cautiverio durante la última dictadura. Hoy, participaron de una inspección ocular en la Base Naval y la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina, en el marco del juicio que tiene a 14 militares acusados por crímenes cometidos contra 123 personas en centros clandestinos de detención de la Armada.

Fotos: Diego FeuerFotos: Diego FeuerFotos: Diego Feuer
Enviar por mailPor: Federico Desántolo

ANTECEDENTES
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Pablo Mancini y Osvaldo Durán se adelantan a la comitiva. Se dan ánimo y reconocen el lugar, los olores y los sonidos. Edgardo Gabbín camina más lento. Se toma unos segundos, se separa del grupo. Al rato, deja de lado la emoción y avanza. Los tres compartieron lugar de cautiverio en la Base Naval de Mar del Plata durante la última dictadura cívico–militar y hoy, 39 años después, regresaron al sitio donde conocieron el terror.
Desde la entrada principal, no se puede ver la dependencia de Buzos Tácticos. Para llegar al lugar donde fueron alojados cientos de detenidos hay que recorrer unos 500 metros, por un camino serpenteante. Los tres detenidos coincidieron en el primer detalle: el árbol que se veía desde la celda. Mancini lo recuerda bien porque durante los 20 días que pasó en la Base Naval, en una oportunidad, fue sacado sin capucha al exterior e identificó dónde estaba.

Los sobrevivientes hicieron un gran ejercicio de memoria sensorial porque finalizada la dictadura y con el comienzo del Juicio a la Juntas, la mayoría de las dependencias militares que funcionaron como centros clandestinos de detención fueron modificadas a contrarreloj, para despistar a quienes pudieran dar testimonio.
A partir de 1973, Gabbín comenzó a militar en el peronismo de base. El intervalo en su militancia se dio a partir de 1974 cuando le tocó hacer la colimba en la ESIM pero, al poco tiempo, desertó.  Con un documento falso, el “Gordo” siguió con su vida hasta el 11 de enero de 1977. Ese día fue descubierto por dos oficiales de la Armada y fue llevado a la Base Naval. Desde entonces, y durante poco más de un año, fue torturado; intentó fugarse y hasta pensó en suicidarse.
La parte trasera del edificio de Buzos Tácticos mira hacia la pequeña playa donde el personal militar realiza los entrenamientos en el agua. Gabbín necesitó volver a escuchar el ruido del oleaje para  confirmar que había estado allí. “Este ruido del mar y chicos jugando era lo que escuchaba cuando me tenían encerrado”, aseguró.
No fue un sueño
El 17 de junio, Gabbín declaró en el juicio a los 14 militares responsables de los crímenes cometidos en las dependencias de la Armada, en Mar del Plata. Frente a los jueces Néstor Parra, Mario Portela, Alejandro Esmoris y Jorge Aníbal  Micheli, contó un episodio confuso que, hasta ese momento, nunca había mencionado. En su memoria había una imagen de hombres que caminaban bajo el agua, cargando peso en un espacio de color celeste. Gabbín dudaba: creía que podía ser un recuerdo o un sueño. La certeza de su existencia llegó hoy, cuando descubrió que el espacio celeste era –y es– una de las cámaras de agua que utilizan los buzos en el entrenamiento de inmersión y que está camino a la enfermería, lugar donde a los detenidos les daban una pastilla para dormirlos. 

El último tramo del cautiverio en la Base Naval, Gabbín lo pasó en un calabozo muy pequeño, ubicado en el edificio de “servicios generales”. Contra todos los pronósticos, esos calabozos están casi intactos. Ahora almacenan gaseosas y cajones de cerveza. “Yo estuve en el del medio hasta que me trasladaron a Buenos Aires”, recordó el testigo.
ESIM: el terror en el Faro
Pablo Mancini fue secuestrado la madrugada del 9 de septiembre de 1976. El grupo de tareas ya había secuestrado a su primera víctima esa noche; Mancini era la segunda. En dos Ford Falcon, ambos fueron llevados a la Base Naval. Durante 20 días, fue sometido a un feroz interrogatorio en el que le preguntaron por sus compañeros de militancia en la Juventud Universitaria Peronista (JUP).
El mismo camino que hizo este miércoles, desde la Base Naval hasta la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina –ubicada en el Faro al sur de la ciudad– Mancini lo hizo 39 años atrás, en un camión de la Armada junto a otros detenidos.
El lugar donde funcionó el centro clandestino de detención de El Faro ya no pertenece a fuerza. Por decisión del gobierno nacional, fue cedido para la creación de un Espacio de la Memoria.  Mancini visitó varias veces la ex ESIM y ya exorcizó los viejos fantasmas. Dentro del lugar donde permaneció dos meses cautivo, describió con detalle cómo trascurrían aquellos días. “Nos tenían sentados. Éramos diez detenidos en filas de cinco, espalda con espalda. Teníamos manos y pies atados, algodones en los ojos y orejas, más la capucha. Y se escuchaba música las 24 horas del día. Unos siete discos que se repetían a todo volumen”.

Mancini se animó a adivinar dónde estaba ubicado el tocadiscos que reproducía a Gardel, a Daniel Toro y a Los del Suquía. Los primeros días estuvieron sentados sin poder moverse. “Tiempo después,  nos pusieron cinco colchones y nos turnábamos para dormir”, recordó.
Desde el regreso de la democracia, el predio de la ESIM sufrió varias modificaciones. Una parte, la que da a la playa, fue cedida en los ’90 a una empresa privada que construyó el Aquarium, un parque marino que sepultó parte de la estructura del terror estatal. Mancini formó parte del grupo que se opuso a que los negocios del Aquarium se siguieran extendiendo sobre el predio del Faro. Hace más de 15 años, lograron que el Concejo Deliberante no aprobara el nuevo emprendimiento: un parque de diversiones con vista al mar.
“Me cuesta creer que, en Auschwitz, permitieran que se construyera un Disneylandia”, pensó en voz alta.
FD/LL

lunes, 5 de octubre de 2015

¿Por qué no emiten desde Argentina, la orden de extradición para el médico represor Gori?

El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha dejado en libertad con medidas cautelares al médico argentino Carlos Fernando Gori a la espera de que se resuelva la extradición a su país de origen, donde está acusado de participar en homicidios y torturas cometidos a partir del primer año de la dictadura militar del general Jorge Rafael Videla, informaron fuentes jurídicas. 
 
El doctor Gori está acusado por las autoridades judiciales argentinas de varios delitos de homicidios agravados, imposición de tormentos, privación de libertad agravada y asociación ilícita que se habrían cometido durante la dictadura militar, que se prolongó entre 1976 y 1983, está acusado de cometer delitos de lesa humanidad durante la Dictadura. Fue jefe de Sanidad de la fuerza de submarinos en 1976
.
 
El magistrado le ha impuesto a Gori la obligación de comparecer diariamente en el juzgado más próximo a su domicilio. El médico había sido enviado a prisión provisional el pasado 19 de septiembre tras ser detenido un día antes en Alicante en virtud de la petición de entrega cursada por el país andino.
 
El detenido, de 74 años, trabajaba desde 2002 en la compañía Medibarox, radicada en Alicante y dedicada a la medicina hiperbárica, según consta en el perfil que mantiene abierto en la red social Linkedin.
 
"Condiciones inhumanas"
Según la reclamación, efectuada por el Juzgado Federal de Primera Instancia Criminal y Correccional número 3 de Mar de Plata Secretaría 8, Gori era en 1976 el jefe del Departamento de Sanidad de la Fuerza de Submarinos, desde el que habría contribuido a "mantener ilegalmente detenidas en condiciones inhumanas a disidentes y presos políticos".
 
El magistrado español le tomó declaración el pasado septiembre y cursó entonces una comisión rogatoria internacional a Argentina para preguntar a sus autoridades si la reclamación de extradición continúa vigente o los delitos han prescrito.
 
Del mismo modo, solicitó que se detallen los cargos que se sostienen contra él y que se realice una narración detallada de los hechos delictivos que se le imputan. El juez Velasco también quiso conocer si existe en el país argentino alguna norma de perdón, olvido o archivo que permita exonerar a Gori de responsabilidad penal.

jueves, 21 de mayo de 2015

Nuevo juicio por crímenes de lesa humanidad

Quince militares acusados en Mardel

Cerca de una quincena de militares que actuaron en diferentes centros clandestinos de detención de Mar del Plata comenzaron a ser juzgados ayer por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar contra 124 personas. Se trata del tercer debate oral que evaluará hechos comprendidos en lo que se conoce como la megacausa Base Naval de la ciudad balnearia.

Los imputados –once de ellos cumplen condenas por violaciones a los derechos humanos– deberán responder por haber mantenido secuestrados, haber torturado y, en algunos casos, haber asesinado a más de un centenar de hombres y mujeres en centros clandestinos que funcionaron en la Base Naval de Mar del Plata, en la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina y en el cuartel de Prefectura.

En una sala colmada, representantes de diversas organizaciones de derechos humanos, sobrevivientes, familiares de víctimas y de imputados, así como los acusados y los jueces que integran el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata, Mario Portela, Néstor Parra y Alejandro Esmoris, oyeron la elevación a juicio que imputa por “privación ilegítima de la libertad agravada, imposición de tormentos agravados por haber sido cometidos en perjuicio de perseguidos políticos, homicidio calificado y asociación ilícita” a catorce ex militares que actuaron en centros clandestinos de detención que controló la Fuerza de Tareas 6, entre ellos la Base Naval de Mar del Plata, la ESIM y la Prefectura, en la jurisdicción de la Subzona Militar 15, que dependía de la agrupación de artillería antiaérea del Ejército AADA 601.

El banco de los acusados lo integran Juan José Lombardo –quien saludó a las cámaras de los fotógrafos sacando la lengua–, Justo Ortiz, Roberto y Luis Pertusio –los cuatro cargan con dos sentencias previas a prisión perpetua–, Alfredo Arrillaga, Raúl Marino, Mario Forbice, Rafael Guiñazú, Juan Mosqueda, José Lodigiani, Ariel Silva y Julio César Fulgencio Falcke –todos con una condena–. Los acompañan José Bujedo, Daniel Robelo, Francisco Rioja y Aldo Máspero, quien no pudo ser juzgado en la denominada causa Base Naval 2 por haber sufrido un accidente cerebrovascular a fines de 2011. Roberto Pertusio y Rioja permanecen en Buenos Aires, así que participarán del debate vía teleconferencia. Ortiz estuvo conectado desde San Luis. Narciso Racedo, imputado también en esta causa, falleció el pasado 26 de abril.

Las imputaciones de la fiscalía, representada en el juicio por Pablo Larriera, María Eugenia Montero y Walter Romero, continuarán hoy y durante las próximas audiencias. Recién la segunda semana de junio comenzarán los testimonios. Fuentes judiciales calculan que el debate se extenderá hasta fin de año.